Las propiedades de la madera
más importantes, y que nos sirven de referencia para seleccionar la madera que
vamos a elegir, para la elaboración de escultura en talla en madera son:
Dureza.
Esta es la dificultad que la
madera presenta ante la introducción de otros organismos o cuerpos, y la
resistencia a la presencia de la abrasión.
La dureza depende
básicamente de la composición de su estructura celular, así como de su
lignificación. Es decir, una madera es
blanda, si contiene muchos vasos y cavidades. Y si por el contrario, una madera
es fibrosa, entonces es de mayor dureza.
Debido a la lignificación el
árbol presenta mayor dureza en el duramen que en la albura.
Flexibilidad.
Es la tolerancia que tiene
la madrera para doblarse sin romperse, apelando, a los límites determinados
según las características que presenta cada especie. Esta tolerancia a la
flexibilidad se aumenta con la presencia de humedad.
Sabor.
El sabor puede no
presentarse en todas las maderas, pero puede ser de gran utilidad para
reconocer algunas, como el sabor amargo del cedro, el sabor herbáceo del
mimbre, o el sabor dulzón del álamo.
Aroma.
Todas las maderas poseen
aroma, aun que en algunas se presenta con mayor intensidad que en otras, debido
a la acumulación de las esencias contenidas en las sustancias húmedas que cada
especie tiene originalmente. Estas sustancias pueden ser, la trementina, o la resina, la cera, o la
goma.
El aroma se presenta con
mayor intensidad cuando la madera es verde. En la madera seca permanece, pero
con menor dominio.
El aroma, así como el sabor,
pueden resultar de importancia al seleccionar la madera para la elaboración de
una talla, ya que para realizar esta actividad interfieren de manera indirecta
los sentidos del gusto y del olfato. Por ejemplo, puede ser de gran
satisfacción y deleite, trabajar una madera, que aparte de todas las
características que su noble material ofrece, aporte aromas o sabores que
fomenten el agrado de trabajarla.
Veta.
La veta, son los dibujos que
la madera tiene y que podemos apreciar en su superficie, cuando es cortada. Es
el resultado de la acumulación de las células de la madera. En algunas maderas
como en el caso de las coníferas, la veta se produce por las traque idas de la
madera tardía, que dibuja bandas de tonos más oscuros que el resto de la
superficie, y la forma que adquiera esta
veta, va a depender de grueso y del tipo de corte de la madera.
En otras maderas la veta,
puede ser el producto de las células que determinan la cantidad de vasos. Es decir,
la acumulación o escasez de poros que caracterice
a cada tipo de madera.
La madera presenta menor
apreciación de la veta cuando el árbol ha crecido en condiciones climáticas
benignas, de forma continua y uniforme.
Color.
El color lo definen las
sustancias químicas que integran las
células de la madera. La lignina y celulosa y el grado de mineralización.
El color de la madera no es
estable, y es definido dependiendo de las circunstancias o las condiciones en
que permanezca. Su comportamiento va a
depender de las variantes a las que sea expuesta, o sometida. Por citar algunos
ejemplos, estos pueden ser la luz, el aire, la humedad, él polvo, o los
tratamientos protectores.
Brillo.
La madera posee un brillo
natural. El grado de este brillo varía según la especie y la dirección del
corte de la pieza. La cara perteneciente a la sección radial es la que presenta
mayor esplendor, la sucede la cara de la sección tangencial y por último, la
cara transversal que por la porosidad que tiene se caracteriza por menor
brillo.
En un corte radial podemos
apreciar en la madera de algunas especies como el fresno, el roble o el encino,
brillos precisos que proyectan reflejos, y que se encuentran definidos por la
presencia de radios medulares gruesos.
El brillo natural que la
madera posee se puede aumentar mediante los acabados, al pulir, bruñir o
aplicar barnices.
Grano.
El grano es la dirección que
mantiene la fibra en relación al eje longitudinal del árbol y su aspecto es
diferente según el corte del trozo de madera. La característica que con más
frecuencia se encuentra es la de grano recto. En este se encuentra muy poca
variación en la dirección de la fibra.
Existen maderas que poseen
variaciones muy diversas en su superficie, esta característica se las da el
grano irregular y dependiendo de esto muestran infinidad de dibujos producidos
por estas modificaciones que el sentido de las fibras presenta.
Los granos o fibras los hay
de diferentes formas: un ejemplo de ellos, es el entrelazado, que genera
reflejos de apariencia aterciopelada en bandas, cuando la madera es seccionada radial mente, y cambia de tonos por el efecto que produce la incidencia de la
luz. Otro es el que tiene forma de espiral, debido al cambio de dirección en el
crecimiento. Y otro, el grano ondulado, o bien las combinaciones entre ellos.
El grano, será establecido
por el desarrollo en la estructura u organización de las fibras, estando
confinado a los acontecimientos que sufra el árbol durante su crecimiento, y representa
un elemento de suma importancia en la estructura de la madera, tanto en su
aspecto estético, como en la aplicación en la talla, ya que del conocimiento de
este, dependerá la adecuada elección de la madera, para sacarle el mayor partido posible.
Textura o porosidad.
La textura o porosidad es la
apariencia que muestra la superficie de la madera. Depende de los elementos
estructurales que producen los huecos de diferentes tamaños, estos son los
vasos en las frondosas y las traqueídeas en las coníferas. Dependiendo de la
labor de estos, se deduce que, una madera de textura basta es una madera con
vasos grandes, y de textura fina, sí el conjunto de vasos que la componen son
pequeños.
Otra clasificación que
podemos describir, es de acuerdo a la distribución de los poros que se
encuentran sobre la superficie, en el que el reparto uniforme pertenecería a
una textura lisa y la acumulación de poros ubicados de forma desparramada,
correspondería a una textura desigual, o basta.
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